En un estudio internacional a gran escala, científicos de 27 países investigaron cómo las plantas que se encuentran en tierras secas se han adaptado a estos hábitats extremos. Sus resultados, publicados en “Nature”, muestran una variedad de estrategias de adaptación de las plantas y un aumento inesperado de la diversidad con los niveles de aridez.
La Dra. Guadalupe Peter y el Dr. Juan Manuel Zeberio, dos investigadores del Centro de Estudios Ambientales desde la Norpatagonia CEANPa (Universidad Nacional de Río Negro, Sede Atlántica) son coautores de este trabajo publicado en Nature recientemente.
El estudio fue coordinado por tres científicos del INRAE (Instituto Nacional para la Investigación Agronómica, Francia), el CNRS (Centro Nacional para la Investigación Científica, Francia) y la Universidad Rey Abdullah de Ciencia y Tecnología de Arabia Saudí y es resultado de la red Biodesert, de la que participa todo el CEANPa.
Es un estudio internacional a escala global en el que han participado 120 científicos de 27 países para comprender cómo se han adaptado las plantas de las zonas áridas a estos hábitats extremos. Durante 8 años, los equipos recogieron muestras de varios centenares de parcelas seleccionadas de tierras áridas en seis continentes, lo que permitió analizar más de 1300 conjuntos de observaciones de más de 300 especies vegetales, una primicia a esta escala.
Los resultados, publicados en la prestigiosa revista "Nature", muestran que las plantas de las zonas áridas adoptan muchas estrategias de adaptación diferentes y que, sorprendentemente, esta diversidad aumenta con los niveles de aridez. El aislamiento de estas plantas en zonas más áridas parece haber reducido la competencia entre especies, lo que les ha permitido expresar una diversidad de formas y funciones únicas en el mundo, que muestra el doble de la diversidad hallada en zonas más templadas. Este estudio arroja nueva luz sobre nuestra comprensión de la arquitectura vegetal, la adaptación de las plantas a hábitats extremos, la colonización vegetal histórica de entornos terrestres y la capacidad de las plantas para responder a los cambios globales actuales.
La Tierra alberga una diversidad de plantas con formas y funciones muy variadas. Esta extraordinaria diversidad morfológica, fisiológica y bioquímica determina el modo en que las plantas se adaptan y responden a los cambios globales en curso, con importantes consecuencias para el funcionamiento de los ecosistemas. Sin embargo, el 90% de los conocimientos actuales sobre la diversidad funcional de las plantas se refieren únicamente a los ecosistemas agrícolas y las zonas templadas. En cambio, las zonas áridas (véase recuadro), que representan el 45% de la superficie terrestre del planeta, siguen estando infrarrepresentadas en los datos. Estas importantes zonas están ahora directamente amenazadas por el aumento de la aridez, la presión del pastoreo y la desertificación. Necesitamos comprender cómo responden las plantas a tales presiones antes de poder establecer la posible evolución futura de estos frágiles ecosistemas en cuanto a su biodiversidad y funcionamiento. Para responder a esta necesidad urgente, un equipo internacional de 120 científicos de 27 países ha llevado a cabo la primera investigación mundial sobre la diversidad funcional de las plantas en zonas áridas.
Tras desarrollar un protocolo de muestreo normalizado, los científicos recogieron y procesaron muestras de las 301 especies vegetales presentes en 326 parcelas representativas de todos los continentes (salvo la Antártida) para caracterizar la diversidad funcional de las zonas, generando un total de 1347 conjuntos completos de observaciones de rasgos para su análisis. Se prestó especial atención a la caracterización del elementoma vegetal, es decir, la diversidad de elementos químicos y oligoelementos (como el nitrógeno, el fósforo, el calcio, el magnesio y el zinc) presentes en las plantas, ya que estos rasgos, a menudo no registrados, ejercen una gran influencia en el funcionamiento de estas últimas. En total, el estudio incluyó más de 130.000 mediciones de rasgos vegetales individuales.
Una hipótesis clave al inicio del estudio había sido que la aridez reduciría la diversidad de las plantas mediante la selección, dejando sólo aquellas especies capaces de tolerar la escasez extrema de agua y el estrés térmico.
Sin embargo, se descubrió lo contrario en los pastizales más áridos del planeta, donde las plantas muestran en cambio una amplia gama de estrategias individuales de adaptación. Por ejemplo, algunas plantas han desarrollado altos niveles de calcio, reforzando las paredes celulares como protección contra la desecación. Otras contienen altas concentraciones de sal, reduciendo la transpiración. Aunque a escala local se observan menos especies que en otras regiones del planeta (en zonas templadas o tropicales), las plantas de las zonas áridas presentan una extraordinaria diversidad de formas, tamaños y funcionamiento, el doble que en zonas climáticas más templadas.
Este aumento de la diversidad de rasgos se produce bruscamente en el momento en que el volumen de precipitaciones desciende por debajo del umbral anual de 400 mm. Este es también el umbral de una disminución pronunciada de la cubierta vegetal y de la aparición de grandes superficies de suelo desnudo.
Para explicar este fenómeno, los autores del estudio sugieren que la pérdida de cubierta vegetal conduce al "síndrome de la planta solitaria", en el que el mayor aislamiento y la menor competencia por los recursos producen altos grados de singularidad de rasgos y diversidad funcional que son globalmente excepcionales. Esta diversidad adaptativa podría reflejar igualmente historias evolutivas complejas que se remontan a la colonización inicial de los hábitats terrestres por las plantas hace más de 500 millones de años, cuando estos hábitats presentaban condiciones extremas para los organismos vivos.
Este estudio revela la importancia de las zonas áridas como reserva mundial de diversidad funcional de las plantas. Ofrece un nuevo prisma a través del cual contemplar la arquitectura vegetal, la adaptación de las plantas a hábitats extremos, la colonización vegetal histórica de entornos terrestres y la capacidad de las plantas para responder a los cambios globales actuales.
¿Qué son las tierras secas?
Las tierras secas se definen como zonas tropicales y templadas con un valor de aridez inferior a 0,65 (calculado como un cociente entre lo que llueve y lo que se evapora). Cubren el 45% de la superficie terrestre del planeta y albergan a un tercio de la población humana mundial. Incluyen ecosistemas subhúmedos, semiáridos, áridos e hiperáridos como el paisaje mediterráneo, las estepas, las sabanas y los desiertos.
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