La profesora Carola Graziosi, directora del Profesorado en Física y de la Escuela de Producción, Tecnología y Medioambiente de la Sede Andina, nos cuenta cómo sus alumnos/as lograron sortear los impedimentos que generó la pandemia para las prácticas de laboratorio.
Antes de que se presentara la pandemia por el COVID19, era inimaginable que se pudieran llevar adelante clases experimentales de física que no tuvieran lugar en el laboratorio. La etapa de confinamiento nos llevó a explorar nuevos caminos y buscar la forma de lograr que la física no se convirtiera en solo teoría.
Fue así fue que en un primer momento buscamos la forma de implementar experiencias que las y los estudiantes pudieran llevar a cabo recurriendo a elementos que tuvieran a su alcance en sus hogares.
La física como ciencia que busca explicar fenómenos de la naturaleza, ofrece la oportunidad de experimentar con elementos que se encuentran en el cotidiano. Una coincidencia positiva, esta vez, fue que se trataba de estudiantes de primer año, es decir ingresantes que no habían tenido oportunidad de trabajar en un laboratorio de enseñanza. La ventaja de esta situación es que no podían añorar algo que no conocían.
Por esta razón, cuando les pedimos que buscaran en su casa resortes para hacer experimentos de oscilaciones armónicas, no se extrañaron demasiado; descubrieron que los resortes de plástico o de alambre de los cuadernos, si se los trata bien, funcionan tan bien como los resortes de la afamada Pasco. Esto es fundamental para la formación docente, pues, de esta manera sabrán enfrentarse mejor a las condiciones que pueden encontrar en su desempeño laboral.
Apenas iniciada la pandemia habíamos trasladado unos pocos equipos Pasco a un domicilio particular (bajo inventario firmado). En particular, estos incluían dos sensores Explorer GLX, con los cuales se pudo armar una práctica remota, referida a la medición de la constante k de un resorte (ley de Hooke).
Como el estudiantado veía que podía acompañar a las y los docentes en la búsqueda de equipos y de recursos de bajo costo, se sintieron partícipes de una aventura, lo cual resultó muy positivo. Así, lograron hacer prácticas con elementos caseros y rindieron exámenes parciales experimentando en sus hogares y filmando los procedimientos.
Al cierre de la materia consultamos a las y los estudiantes acerca de su experiencia y se mostraron muy satisfechos, especialmente, por la variedad de actividades “que se ingeniaron para las clases”, “fueron muy entretenidas e interesantes”, “me gustó”, “estuvo buena”, “el parcial experimental nos sorprendió y estuvo bueno.”
Pese a que muchas veces se la califica como ciencia exacta, es claro que la física es una ciencia natural. A pesar de esto, en la práctica, a veces se presenta como una de dos ramas, la rama teórica y la rama experimental. En el campo de la enseñanza las dos son igualmente importantes si se pretende formar a estudiantes dándoles la oportunidad de comprender la materia en todo su potencial. Esto también es sumamente importante en la formación de futuros profesores y profesoras.