A sala llena, Editorial UNRN presentó el pasado viernes 29 de abril en la 46º edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires «Historia del Sistema Universitario Argentino», una obra de Juan Carlos Del Bello, impulsor del proyecto de creación de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) y rector de la institución hasta su repentino fallecimiento en julio de 2021; y Osvaldo Barsky, economista, sociólogo e investigador del Conicet.
De cara a ese evento y en diálogo con FOCO, el programa de la UNRN que se emite todos los jueves a las 19 por Radio Nacional, Barsky repasó las características y desafíos que presenta la educación superior en nuestro país, “un sistema abierto que permite un amplio acceso pero que es aún ineficiente en cuanto al porcentaje de egresos”.
FOCO: Este libro recopila testimonios y datos de la serie audiovisual producida por el Centro de Producción de Contenidos Audiovisuales (CPCA-UNRN) emitida por Canal Encuentro y disponible en YouTube, que lleva el mismo nombre.
Osvaldo Barsky: Sí, exactamente. Luego de publicarse la serie -que tuvo mucha repercusión-, hablamos con Juan Carlos, con quien trabajé durante 35 años, de la riqueza que tenían las entrevistas que él había realizado con una enorme cantidad de actores y estudiosos de distintos períodos, y entonces vimos que era importante que este material -que por razones obvias en lo audiovisual estaba muy sintetizado- se pudiera desplegar en toda su extensión. Realmente eran materiales que no estaban en otra parte, y que luego iban a ser de mucha utilidad para el público en general, y en particular para los estudiosos del sistema universitario argentino y el sistema científico. Y así se empieza con este arduo trabajo de desgrabar las entrevistas y hacer nosotros una larga introducción tratando de darle algún grado de coherencia, ya que es un material diverso, de mucha gente con distintas miradas y con distintos enfoques, pero que fue demandada su participación dada la relevancia de los procesos históricos que el libro aborda.
F: Osvaldo, si tuvieras que definir las particularidades de nuestro sistema universitario argentino en relación al de otros países, ¿qué dirías?
O: Es un sistema que tiene sus particularidades. Tiene una larguísima historia, de distintos perfiles, con muchísimas disciplinas adentro, y con una importante participación del sector público y últimamente del privado también, en la construcción universitaria. Es un sistema con una gran diversidad regional a partir de las últimas décadas, que se han creado numerosas universidades públicas y privadas a lo largo y ancho de todo el país. Y es un sistema de gran desarrollo que tiene la particularidad de lo que hoy se suele llamar “universidad de masas”, en el sentido de los porcentajes que representa en el total de la población, que son de alta importancia.
La segunda característica es que en general tiene un sistema de ingreso con bajas demandas que permite el ingreso masivo, y que la universidad estatal es en gran medida gratuita, lo que implica que tenga una gran cantidad de estudiantes, no necesariamente que tiene un alta cantidad de graduados, porque esa misma característica hace que no haya una posibilidad quizá de un abordaje global de alta calidad en todos los campos y la cantidad de gente que se recibe es relativamente baja en relación a la cantidad de gente que ingresa. Este es uno de los debates. Es un sistema abierto que permite que mucha gente estudie pero no necesariamente es un sistema eficiente en cuanto a la cantidad de gente que se gradúa. Y tiene calidades heterogéneas, que tienen que ver mucho con los distintos tipos de tradiciones disciplinarias que el sistema tiene en los distintos tipos de carreras y de acuerdo a los impulsos que se le han dado en cada una de las universidades.
F: Repasando el libro, el camino nuestro sistema universitario se inició con la creación de universidades confesionales -la Universidad Nacional de Córdoba en el 1600, la de Buenos Aires en 1820-. Desde esa época, ¿qué cosas tuvieron que pasar para que nuestro sistema universitario adopte esta forma, la que tiene ahora? ¿Qué debates, qué discusiones, cuáles fueron las más importantes que se tuvieron que dar?
O: Efectivamente, esas son universidades que se crean con una impronta muy fuerte de la Iglesia Católica, particularmente en el caso de la Compañía de Jesús primero y liego de otras corrientes católicas, en ambos casos. Luego, a medida de que se genera el proceso independentista y que sectores liberales toman el poder en el siglo XIX, se construye a través de la Ley Avellaneda a fines de ese siglo un esquema que dura hasta 1946 por lo menos, de organización de universidades -pocas y concentradas- y como una especie de federación de facultades. Esta fue la impronta que tuvieron las universidades argentinas con un gran peso de las carreras de abogacía, de derecho, administración y con un menor peso de las carreras de ciencias sociales, y de ciencia y técnica, que fueron tomando incremento a partir de las últimas décadas y a partir del fuerte papel de los organismos de investigación asociadas con las mismas. Si uno tuviera que definir un momento central del sistema universitario argentino -y eso se refleja muy bien en el libro- es cuando realmente se define la construcción, la organización del sistema universitario con estas características.
F: ¿Se parece al de otro país o es algo muy propio de Argentina?
O: Se parece porque la impronta del sistema universitario argentino marcó algunos países, sobre todo Uruguay. Uruguay tiene un esquema inicialmente muy parecido, con una fuerte centralidad en las universidades estatales, inclusive más fuerte que el nuestro: recién en las últimas décadas se habilitaron universidades privadas. Quizá el sistema boliviano tiene características iniciales como el nuestro, en el sentido de períodos históricos, pero se parecen por el impacto que tuvo el sistema universitario argentino sobre esos países. No se parece tanto al resto de América Latina. Se diferencia mucho del sistema brasileño, generado con mucha fuerza alrededor de la década del ‘60, con universidades mucho más restrictivas, con un alto grado de ciencia y técnica, con exámenes de ingreso muy fuertes. Entonces digamos que el esquema argentino influyó en algunos países, algo en Centroamérica también. Si uno mira el sistema mexicano también tiene universidades masivas con algunos rasgos parecidos. Pero es un sistema que se diferencia del resto del mundo. En el resto del mundo las universidades son más chicas y aquí suelen ser universidades grandes.
F: Claro, mencionabas recién el rasgo de masividad de las universidades argentinas, y en nuestra cultura está esa idea de ir a la universidad como algo realmente posible. Es accesible.
O: Sí, es accesible en el sentido que se puede entrar pero es un sistema que, hablando de la cuestión económica, aún tiene a nivel accesibilidad un bajo porcentaje de becas. Eso explica la tasa de deserción: estamos en un 20% de tasa de egreso, mientras Brasil o Chile tienen un 70 u 80% de tasa de egresados. Es decir que es masiva simplemente en el sentido de acceso. Los estudiantes que ingresan, la mitad aproximadamente, abandonan entre el primer y el segundo año de la carrera. Este es el tema que se discute al final del libro, los problemas que tiene el sistema universitario argentino, que son serios e importantes y que hay reformas que se deben encarar. Justamente las acciones de Juan Carlos Del Bello cuando fue Secretario de Políticas Universitarias y luego Secretario de Ciencia y Técnica de la Nación tendían a encarar en ese sentido: tratar de sistematizar procesos que había y sobre todo generar condiciones para tener una universidad de mayor calidad. Algunas cosas se lograron y otras no porque son procesos de largo plazo pero son los debates reflejados al final del libro.
C: ¿Podríamos repasar cuáles fueron los acontecimientos de la reforma universitaria?
O: Sí, en el libro intentamos mostrar a través de distintos autores una visión alternativa a las interpretaciones corrientes sobre las reformas universitarias, que en realidad comenzaron en la Ciudad de Buenos Aires hacia 1905 y consistieron esencialmente en un movimiento tendiente a hacer que las universidades que estaban dirigidas por las academias, que no eran profesores sino en gran medida sectores de alto nivel que estaban afuera de las universidades, perdieran el control y asumieran su lugar los profesores. Allí empezó un proceso que luego fue más conocido obviamente por la explosión en Córdoba en 1918, que llega más adelante con sus propias características, donde se suma una representación todavía indirecta de los estudiantes en estos procesos y se enfatiza algunos temas como la extensión universitaria. El libro aclara que algunos procesos que se creen que se dieron en la Reforma de Córdoba, como la gratuidad o el gobierno tripartito, en realidad son procesos muy posteriores que se desarrollan en décadas mucho más recientes. Pero han quedado como mito dentro de lo que fue la reforma como tal.
La reforma tuvo objetivos limitados, lo que pasa es que se dio en un momento muy especial por el contexto de la revolución mexicana, la revolución rusa y los proceso que estaban sucediendo que de alguna forma radicalizaron los planteos o por lo menos los hicieron visibles en otros contextos, por eso tuvieron impacto en muchos países latinoamericanos, como por ejemplo en Perú, donde sí hubo intentos de autogobierno, cosa que en nuestro país no sucedió, no se llegó a ese nivel sino que se avanzó en el control de las universidades por los propios profesores de las universidades -que no lo tenían hasta entonces- más un tipo de participación diferente de los estudiantes de acuerdo a cada universidad en cuanto al manejo de las mismas. Esto fue el centro de la reforma más algunas acciones vinculadas a la extensión universitaria, que fueron diversas y tuvieron más peso, por ejemplo, en la Universidad Nacional de la Plata. Entre otros temas el libro trata sobre los alcances y limitaciones que tuvo este proceso de la reforma, que quedó marcado en el ideario de los estudiantes y de la sociedad argentina con un peso que en ese momento no tuvo pero que luego la historia le dio.
F: Pensando en la actualidad, con los nuevos desafíos que se pueden presentar hoy para el sistema universitario argentino, ¿qué nuevos riesgos pero también qué nuevas oportunidades ves y en qué, revisando la historia, deberíamos cuidarnos o qué cosas esperanzadoras hay en nuestro sistema universitario?
O: En el libro tratamos de mostrar distintos tipos de visiones. Hay una mesa o debate final en la que especialistas debaten distintos temas, y por supuesto esta es una pregunta muy compleja. En el libro recomendamos incluso leer con mucho cuidado el libro que Eduardo Míguez publicó recientemente sobre la situación de las universidades nacionales [Crítica (y reivindicación) de la universidad pública (2018]. En la introducción hacemos una pequeña reseña de ese libro, compartimos sus conclusiones acerca de la complejidad, de lo trabado que está el sistema universitario argentino para desplegarse como tal, de las dificultades que enfrenta actualmente que son muchas, que tienen que ver sobre todo con sus características de organización, y que de alguna forma han conformado un sistema que no necesariamente genera las mejores condiciones para la investigación, para los procesos de crear universidades de alto nivel.
Esta era justamente una de las grandes preocupaciones de Juan Carlos Del Bello, y su proyecto de creación de la Universidad Nacional de Río Negro y sus esfuerzos tenían que ver con generar un perfil de universidad que se asentara con carreras de alto perfil profesional y con un desarrollo significativo de la investigación. Hubo cosas que consiguió y otras están en una lista de pendientes, que representan desafíos permanentes en cuanto a la calidad y lograr consensos sobre avanzar en ciertas direcciones.
Además, la búsqueda de recursos permanente en los propios esquemas del Estado Nacional, que son insuficientes y que por razones obvias lo serán para todos por la crisis económica de la Argentina. Y por lo tanto la necesidad de que las comunidades universitarias busquen también distintos tipos de acuerdos con sectores de la sociedad para obtener recursos para emprender avances en la calidad de las carreras y de los egresados, y en su inserción en diversos procesos productivos, sociales y culturales que se necesitan para el desarrollo de nuestro país.
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