El servicio médico del Hospital Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), junto con docentes de la carrera de Medicina Veterinaria, realizó la necropsia de un ejemplar de cóndor andino que había sido reintroducido al ambiente en el año 2022 en el marco del Programa de Conservación del Cóndor Andino (PCAA) y que fue hallado a 32 km de la localidad rionegrina de El Cain a través del seguimiento satelital por el cual se monitorea a estas aves.
"Yastay", tal era el nombre de este ejemplar subadulto de cóndor andino (Vultur gryphus), fue encontrado muerto junto al cadáver de una oveja y los cuerpos de un zorro y de un peludo, escena que sugirió la sospecha de envenenamiento usando como cebo la osamenta de la oveja, y que fue confirmado positivo a Carbofurán por los estudios toxicológicos de las muestras aportadas por el personal del PCCA y Guarda Ambiental de Río Negro tomadas en el lugar junto con las extraídas de los restos del cóndor en el Hospital Escuela.
El uso de cebos tóxicos es la mayor amenaza de extinción para el cóndor andino en el país y los resultados de la Estrategia Nacional contra el uso Cebos Tóxicos (ENCT) indican que están en peligro, no solo el cóndor, sino todas las formas de vida, el ambiente y la salud humana.
El cóndor andino es el ave voladora más grande del mundo; mide 1,20 m de altura y 3 m de envergadura alar, llegando a pesar 12 kg. Se distribuye en América del Sur desde Venezuela hasta Tierra del Fuego e Islas de los Estados en Argentina, a lo largo y ancho de la Cordillera, hasta alturas de 7.400 metros sobre el nivel del mar. Gracias a un esfuerzo de conservación llamado El Retorno del Cóndor al Mar iniciado en el año 2003, fue posible reintroducirlo en la costa atlántica. A mediados del siglo XIX, naturalistas como charles Darwin, Enrique Hudson y Perito Moreno, avistaban cóndores en la costa atlántica patagónica, incluso tan al norte como la desembocadura del río Negro.
Durante cientos de años, se lo consideró una plaga, matándolo por la errónea creencia que atacaba al ganado para comer, cuando en realidad es carroñero, de la familia de los buitres. La función más importante que desempeñan en la naturaleza, es limpiar el ambiente de los restos de animales muertos, acelera la descomposición de la carroña, la cual podría diseminar enfermedades peligrosas a través de la carne o de las fuentes hídricas contaminadas con ellas. Además, tiene un rol fundamental en la cadena alimentaria ya que abre los cueros de los animales muertos permitiendo así, que otras especies puedan alimentarse de estos.
El cóndor andino es una especie emblemática de Sudamérica y está considerada un patrimonio cultural y natural del continente. La posible extinción del cóndor no solo alteraría el delicado equilibrio ecológico del ecosistema andino, sino también tendría importantes implicancias en el plano cultural, debido a que es considerado el Espíritu viviente de Los Andes y su figura se encuentra íntimamente arraigada a la cosmovisión andina de los pueblos originarios.
