La UNRN se suma al aporte social, cultural, educativo, comunitario y de potencial emprendedor que ofrece este taller de herrería el cual David inició en octubre de 2014 y que ya integró a más de 75 chicos y chicas de diversos barrios de la ciudad de Bariloche. El galpón funciona en el ex obrador del barrio 270 Viviendas.
La iniciativa integra a jóvenes a través del trabajo de oficio y el arte. Su impacto se traduce en la transformación de vida de quienes asisten al taller, desarrollando sus capacidades artísticas, así como también promoviendo valores y reflexiones sobre la realidad que viven a diario.
“Acá, además del oficio, hay mucha charla. Mientras trabajamos conversamos sobre valores o cómo transformar la realidad”,
comentó David durante la visita del vicerrector de la Sede Andina, Roberto Kozulj al galpón.
Se trata de una integración inclusiva que la Universidad busca promover y poner en valor. Por este motivo, y en el marco del convenio establecido, se entregará un certificado emitido por la UNRN a quienes finalicen el curso de herrería como reconocimiento a su mérito.
“El futuro se construye. Queremos que quienes participen de este taller sean agentes multiplicadores. Una mirada desde lo pequeño puede transformar muchas realidades”, destacó Kozulj.
“El futuro se construye. Queremos que quienes participen de este taller sean agentes multiplicadores. Una mirada desde lo pequeño puede transformar muchas realidades”, destacó Kozulj.
Por su parte, en el taller se trabaja con materiales reciclados del vertedero municipal lo cual produce una contribución al cuidado del medioambiente además de embellecer con obras de arte la ciudad y, una vez más, transformar realidades con potencial de recuperar vidas de jóvenes en situaciones de vulnerabilidad, fomentar la cultura del trabajo e integrar mundos culturales diversos.
En este sentido, uno de los chicos que forma parte de Herreros de la Luz comentó sobre su llegada al espacio cuando, en una ocasión, David se acercó con los materiales que utilizan para trabajar.
“Todos vimos una tumbera, que es un arma casera que suele encontrarse en el barrio, hasta que David empezó a mover las manos y empezamos a ver otras cosas”.
Mientras continuaba su relato, entre sus manos acomodaba partes de un rulemán pensando en cómo transformarlo en un objeto de arte.
