Por Juan Carlos Del Bello, rector de la Universidad Nacional de Río Negro.
Presentación
Para la elaboración del presupuesto y medición del gasto en el ejercicio 2017, la UNRN aplicó la metodología aprobada por la Comisión de Ciencia, Técnica y Arte del CIN (ver “Indicadores de la función Ciencia y Técnica en las instituciones universitarias” aquí).
Primero se modificó la Red Programática, para asegurar una apertura que permitiera una mejor afectación de los ingresos y los gastos a las distintas actividades y proyectos.
Segundo, se clasificaron los ingresos y los gastos, no sólo por el clasificador por objeto de gasto, sino también por finalidad y función: 3.1. Salud, 3.4. Educación y Cultura y 3.5. Ciencia y Técnica (CyT).
Asignar la función que correspondiera a los gastos no fue fácil, significó un esfuerzo considerable para todos ya que incluyó la asignación porcentual de funciones a las designaciones docentes, para aquellos que cumplen más de una función.
Cabe advertir que en algunos ítemes como los gastos de servicios básicos (luz, gas, agua, telefonía , etc.), limpieza y otros, no fue posible desagregarlos según el clasificador funcional, por lo que se decidió afectarlos a la función principal, o sea Educación y Cultura. No así en el caso de equipamiento de laboratorio, ya que fue posible distinguir entre laboratorios de docencia e investigación.
Resultados
En el Cuadro 1 (ver abajo) se presenta la ejecución presupuestaria 2017 por función y su comparación con la estructura de recursos asignados a la Universidad según la Planilla anexa al Artículo (12) de asignación de recursos a las universidades nacionales en la ley de presupuesto anual para la administración pública nacional.
Se observa que el gasto ejecutado (por el devengado) en CyT en 2017 representó el 14,8% del gasto total, y en valores absolutos 100 veces más que la asignación presupuestaria de ley.
En el caso de la función Salud el gasto ejecutado fue casi 4 veces superior al presupuesto de ley.
Es evidente que la mayor diferencia entre los recursos presupuestarios asignados y el gasto ejecutado correspondió a la función 3.5. Ciencia y Técnica. Ello obedece a las siguientes razones: (i) la UNRN y las universidades nacionales en general aplican a fondos competitivos de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT) y de otros organismos; (ii) la UNRN y las universidades nacionales son contratadas para desarrollar proyectos investigación, servicios técnicos y científicos y tecnológicos, por parte de los estados (nacional, provincial y municipal) y los sectores de producción de bienes y servicios y, (iii) además de las asignaciones presupuestarias por universidad nacional de la planilla anexa al artículo (12) de la ley de presupuesto que asigna los recursos totales para las instituciones, también se asignan fondos globales a distribuir: Programa de Docentes Investigadores y $ 500 millones (por primera vez consignados en el presupuesto nacional de 2017).
En el caso de la UNRN sobresalen los ingresos por los conceptos indicados en (i) y (ii).
En el Cuadro 2 (ver abajo) se presenta la ejecución presupuestaria por función y objeto de gasto.
Tal como era de esperar en todas las funciones, el gasto de mayor impacto corresponde a los gastos en personal. En concreto, la imputación del gasto en personal de los docentes que tienen dedicación completa y son investigadores activos (participan en proyectos de investigación acreditados). No obstante, el gasto en personal en CyT es de menor envergadura relativa que en la función Educación y Cultura, por el mayor peso que tiene en CyT la obtención de recursos externos para investigación, desarrollo tecnológico y prestación de servicios científicos y técnicos.
Sin duda el mayor esfuerzo de este ejercicio ha sido distinguir y contabilizar correctamente el gasto en personal.
En el caso particular de la UNRN, en 2017 se registra una inversión importante en el inciso 4. Obra pública, por la construcción del laboratorio de investigación en electrónica y telecomunicaciones.
Conclusiones
La clasificación presupuestaria por finalidad y función, junto con la redefinición de la Red Programática, son clave para dimensionar adecuadamente el esfuerzo que realizan las universidades en las tres mega funciones que hoy permite el clasificador funcional de la administración pública nacional.
Cabe plantear la hipótesis que el gasto, conceptualizado como inversión universitaria en CyT, registra una importante subestimación en los indicadores nacionales de inversión en CyT que elabora el MINCyT, simplemente por un problema de incorrecta imputación contable de parte de las universidades.
Cabe advertir que esta subestimación corresponde al concepto “gasto ejecutado en CyT por las universidades nacionales”, que no es lo mismo que “recursos aportados por dichas instituciones para la realización de actividades de CyT”. La ANPCyT es por excelencia la principal institución pública que financia (función de promoción) actividades de CyT que ejecutan otros, sobretodo las universidades nacionales.
También hay una subestimación menor en el concepto “financiamiento de actividades de CyT”, específicamente por la incorrecta contabilización del gasto en personal, particularmente de los docentes que desarrollan investigación además de cumplir con su función esencial, la docencia.
El ejercicio realizado permitió validar la metodología aprobada por el CIN.
Finalmente, cabe plantear la importancia de realizar un esfuerzo semejante para la función Salud, y para las actividades preuniversitarias que desarrollan las universidades nacionales, ya que se observa que la inversión en educación universitaria registra una sobreestimación, al no diferenciarse la “educación universitaria” de la “educación preuniversitaria” y de la “prestación de servicios de salud” . En otras palabras el presupuesto para las universidades nacionales no es lo mismo que la inversión pública en educación universitaria, ya que además de desarrollar actividades de extensión para las que no existe una función del clasificador, también son prestadoras de servicios de salud a través de sus hospitales y cuentan con colegios y escuelas de niveles preuniversitarios.