El teatro hace uso de la tecnología desde la tragedia griega, la arquitectura de los anfiteatros, su maquinaria “Deus Ex Machina”, el uso de herramientas para la optimización de la acústica y muchos elementos más que colocan al teatro como espejo de los procesos sociales, dan cuenta no sólo desde esa competencia sino también desde los procesos de avances tecnológicos.
Si bien el teatro sólo requiere para su existencia de un espectador y un actor para ser tal, la tecnología se cuela concreta y furtivamente por todas las hendijas de ese dúo consistente desde los orígenes del teatro.
La maquinaria teatral, los dispositivos lumínicos y acústicos para la creación y ambientación de la ficción dialogaron con la tecnología durante toda la historia del teatro.
En esos encuentros donde el diálogo como lucidamente dice el maestro Mauricio Kartun: “podemos mezclar la paleta de colores primarios y en ese acto se produce un llamativo milagro… el nuevo color no es simplemente el resultado de la suma de sus partes sino un ente nuevo, autónomo y ahora indivisible”.
En este sentido, continúa Kartun con las siguientes preguntas: “¿qué otra cosa ha sido Brecht, sino el inseminador de la política en la cavidad teatral? No se ve claro acaso, el teatro de Barba o Brook, como resultado del delicioso par contra natura antropología-escenario? No decía Kantor que él no hacía teatro sino plástica?” (Kartun 2015).
La visita del investigador y docente Gabriel Gendin Compositor, artista transmedial, investigador y docente a nuestras aulas, continúa ese rico diálogo entre la tecnología y el teatro tan entusiasta y a veces ríspido o con desconfianza pero siempre movilizante e inevitable.
La tecnología en red, web y virtual se cuela por lugares insospechados, el AutoCad de los arquitectos y de las copiadoras 3D hoy está en los diseños y proyección de escenografías, los equipos lumínicos y sus consolas son programadas en muchos teatros contemporáneos para que funcionen automáticamente. El teatro ha adquirido todos los sistemas tecnológicos contemporáneos y los usa, los muestra y poetiza con ellos.
La experiencia en el aula de la Licenciatura en Arte Dramático con Gabriel Gendin fue movilizante y posiblemente sea un disparador para producir un campo de investigación y creación artística que puede hacer participar para ello distintas competencias y estamentos de la Universidad.
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