El 11 de octubre el director del Instituto de Investigación de Diversidad y Procesos de Cambio (IIDYPCA-UNRN/CONICET), Walter Delrío, acompañado por el vicerrector de la Sede Andina, Diego Aguiar y un importante grupo de la personas de la comunidad del IIDYPCA, leyó un documento para resaltar la importancia de promover una cultura del respeto y aceptación de la diversidad cultural existente en nuestra sociedad.
El evento se realizó en la Sala de Prensa del Municipio de Bariloche, donde presentaron al público presente una campaña denominada “Reconociéndonos en la diversidad”, con videos realizados por el Centro de Producción de Contenidos Audiovisuales (CPCA) de la UNRN y que pueden verse en el Canal de YouTube de la UNRN (@UNRNoficial) en la lista de reproducción de la campaña.
Documento
Los procesos históricos presentan tanto cambios repentinos como de larga duración. Si algo tuvo continuidad en la historia de la educación en Argentina fue la efeméride del 12 de octubre como celebración día de la Raza, del Descubrimiento de América o la hispanidad. Desde el regreso de la democracia hace 41 años, las miradas sobre esta conmemoración, de los docentes y estudiantes en las aulas, de las ciudadanas y ciudadanos comenzaron a modificarse acompañando las demandas de los pueblos indígenas al respecto. Por ello, hace 14 años oficialmente se resignificó como Día del Respeto por la Diversidad Cultural.
En nuestra ciudad, como en todo el país, 1992 representó un cambio en medio de tanta continuidad. Se cuestionó la conmemoración de una fecha que inauguró un ciclo de conquista, sometimiento, esclavitud, explotación y genocidio. ¿Por qué celebrar un concepto racista, por qué festejar la imposición de una cultura por la fuerza? Esto no puede más que reproducir el tipo de procesos por los cuales se negó otras culturas, pueblos, naciones y creencias.
La vieja historia elegía varones, preferentemente con funciones de gobierno y de clase alta, para contar el pasado a la ciudadanía. Así, invisible, se dejaba por fuera del relato a la mayor parte de la sociedad. El objetivo era que toda esa población se identificara, imitara y viviera de acuerdo a los valores, costumbres y creencias de esos próceres y líderes, como emblemas de la Patria.
En cambio, la nueva historia incluye todas las voces, respetando la diversidad cultural y sin excluir, aún a quienes procuraron por todos los medios discriminar, segregar, reducir y prohibir a otros. Décadas de investigaciones científicas sobre el ciclo de conquista inaugurado aquel 12 de octubre, nos convocan a avanzar en esta dirección, sin negacionismos ni cancelaciones.
Hoy, esto es sumamente importante porque hay quienes todavía prefieren una historia de varones a caballo, que siga excluyendo las diversidades en los espacios públicos centrales de nuestras ciudades. Practicando el negacionismo y aplaudiendo que se diga que aún hoy hay que seguir eliminando a quienes sean distintos.
Somos todas y todos responsables de nuestro tiempo, de cómo habitamos y ocupamos los lugares que nos tocan. En nuestra presente coyuntura, asistimos a la estigmatización pública de diversos grupos sociales, entre ellos, trabajadores del estado, sindicalistas, científicos, docentes, personal de salud y de prensa, colectivos étnicos y de género. Es sabido que generar un estereotipo del otro basado en prejuicios es el correlato de la exclusión y la antesala de la violencia estatal.
Como instituto de investigación del CONICET y de la Universidad Nacional de Río Negro, invitamos a cada una y cada uno, que comparta el compromiso ciudadano de reflexionar sobre cada prejuicio. Construir colectivamente una sociedad que sea inclusiva, que respete y valore la diversidad cultural y que crezca en ella. Esto es, sabiendo reconocer las desigualdades y los derechos. En definitiva, comprendiendo que la interculturalidad es más que reconocer al otro como diferente, es entender que uno también lo es.