La Sede Atlántica de la UNRN implementará junto a Desarrollo Social de Río Negro talleres de prevención en instituciones de Viedma.
Cerca de un tercio de las y los mayores de 65 años que viven en sus casas sufren una o más caídas al año y como consecuencia, en promedio una de cada cuarenta personas de ese grupo ingresa a un hospital.
Sumadas a estas estadísticas, las propias necesidades y características físicas de las personas mayores vuelven imprescindible la elaboración de planes y acciones destinadas a evitar la postración y dependencia de los más grandes de la sociedad.
Desde esa perspectiva, la Sede Atlántica de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) puso en marcha una propuesta para prevenir y disminuir el riesgo de caídas en adultas y adultos mayores, que pueden llegar a afectarlos en forma grave.
En este marco, se firmó un acta compromiso con la Subsecretaría de Adultos Mayores del Ministerio de Desarrollo Social de Río Negro para implementar un programa de prevención en hogares y centros de día de ancianas y ancianos de la ciudad de Viedma.
En la siguiente entrevista, la licenciada Natalia Meier, directora de la iniciativa y docente de la
Licenciatura en Kinesiología y Fisiatría que la UNRN dicta en la Sede Atlántica en Viedma, comparte algunas pautas para la prevención de caídas y la recuperación de quienes las sufren.
¿Qué recaudos deben tomar las personas e instituciones que contienen a las y los adultos mayores?
-Es muy importante que se mantengan los espacios bien iluminados, si la persona se levanta de noche siempre tener una luz que facilite la orientación. También se deben mantener los espacios ordenados porque ayuda a no tener obstáculos al momento de caminar. Se debe usar preferentemente calzado cerrado, y principalmente que los adultos mayores soliciten ayuda si no se sienten seguros. Es muy importante que quien acompañe a la persona, respete sus tiempos, por ejemplo al caminar o al levantarse de la cama.
¿Cómo puede abordarse la incertidumbre y el temor que genera una caída, por más simple que parezca, en un adulto/a mayor? Sobre todo en quien se cae por primera vez.
-Principalmente con ejercicios que estimulen los sistemas que intervienen en la regulación del equilibrio, en los cuales vamos exponiendo a la persona a situaciones cada vez más complejas. Pero por sobre todas las cosas, se debe contener y acompañar al adulto mayor que ha sufrido una caída para que lentamente se pierda el miedo, ya que independientemente de la gravedad de la caída, por más simple que sea, siempre queda temor. Esto hace que se vayan auto-limitando en sus actividades y se entre en un círculo vicioso, donde al moverse cada vez menos, se pierde cada vez más el equilibrio, con el subsiguiente temor y más autolimitación. Básicamente, hay que romper ese círculo negativo, dando seguridad y confianza en la marcha, lo cual se logra con diferentes actividades.
Durante el trabajo de recuperación anímica ¿se debe hacer foco en la prevención teniendo en cuenta la posibilidad de una próxima caída?
-Creo que se debe sacar el foco de una próxima caída, sacar de la ecuación el miedo y trabajar para que no se vuelva a repetir. Enseñar a caer y a levantarse ayuda a perder el temor a futuras caídas. Pero no debemos perder de vista que quien sufre la caída es una persona y debemos verla como un todo, por ello mismo es muy importante la contención y la seguridad que les podemos ir dando, plantearles desafíos en forma progresiva y pautada para que gracias a los ejercicios vayan pudiendo resolver con mayor facilidad y autonomía diferentes situaciones cotidianas.
¿Cómo se puede motivar a las/os adultos mayores para que cumplan con las recomendaciones?
-Puede haber tantas motivaciones como personas que se caen. A veces lo que funciona en unos, no tiene ningún efecto en otros. De haber una motivación para todos, sería lograr la autonomía, retomar la vida social y, en todo caso, ver esa caída que tuvimos como una oportunidad que nos da la vida para levantarnos y arrancar de nuevo.
Temas. Adultos mayores