"Aquello fue un gran punto de partida, Pero a la vez qué fácil se olvida".
Por la profesora Graciela Giménez, directora general de la OAC (Oficina de Aseguramiento de la Calidad de la UNRN).
El 24 de marzo de 1993 se sancionó el decreto 506 que creó la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) como la estructura formal del gobierno a cargo de los lineamientos de políticas, planes, relaciones entre actores, los procedimientos de decisión y elaboración de normativas para el sector. La creación de la SPU representó un salto cualitativo en la política del Estado nacional con el objetivo de mejorar la compleja relación entre el Poder Ejecutivo Nacional y universidades por la autonomía como con el sector de las privadas para asegurar un marco más ordenado de funcionamiento.
En 1993 la autonomía universitaria representaba tanto una condición básica para el desarrollo de la investigación y la docencia superior en una sociedad democrática como la independencia absoluta de las universidades estatales, y en consecuencia una total desvinculación con las políticas globales del país. Por primera vez en décadas hubo diálogo entre todas las partes con el propósito de superar la "contradicción" entre la autonomía universitaria y la necesaria planificación y coordinación del sector. En efecto la ausencia de un plan se vislumbraba en esa época en la expansión territorial de algunas universidades fuera de su sede central; o en la creación de carreras de grado sin la intervención previa del Ministerio para validar nacionalmente los títulos; o en la superposición de ofertas académicas iguales o similares en una misma región; o en una marcada demora en la entrega oportuna de la información estadística que cualquier sistema requiere para coordinar y dar transparencia a su acción. Además, el marco regulatorio de la actividad privada en el sector universitario era bastante obsoleto e inadecuado, la normativa vigente extremadamente laxa en los requisitos para que una institución mereciera la denominación de universidad y poco exigente en las condiciones requeridas para evaluar la calidad intrínseca de las propuestas académicas.
En 30 años, la SPU pasó de una etapa disruptiva-controversial a otra transaccional- consensual y sostuvo, en ese tiempo, el desarrollo de un sistema universitario de calidad mediante el financiamiento de las universidades estatales y el mejoramiento de las retribuciones del personal universitario; el establecimiento de bases para una adecuada integración y coordinación del sistema universitario; el mejoramiento de la calidad de las ofertas y servicios universitarios, tendiendo a que la formación de recursos humanos altamente calificados y la producción de nuevos conocimientos y tecnologías, respondan a las exigencias de excelencia y pertinencia que requiere la construcción de una sociedad democrática estable y en crecimiento; y el desarrollo de marcos institucionales y reglamentarios que regulen de modo estable y previsible la organización y funcionamiento de las universidades.
En el país funcionan más de 150 instituciones universitarias, al amparo de la Ley 24521 que promueve el aumento gradual de las autonomías con evaluación de resultados e incentivos económicos y simbólicos para que las universidades incrementen su calidad y eficiencia.
Agradecemos a la SPU que en 30 años con rigor, creatividad, transparencia puso en valor con aciertos y errores la política pública universitaria argentina.
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