En un día como hoy, hace 13 años, se promulgaba la Ley 26.330 de creación de nuestra Universidad. Cobraba entonces materialidad un histórico reclamo de la sociedad rionegrina. Se tiene que decir que fue una decisión no sólo acertada, sino de enorme trascendencia para la provincia de Río Negro. La Universidad es y ha sido un motor de desarrollo regional: no sólo ha promovido el acceso a la educación superior universitaria de miles de jóvenes rionegrinos sino que ha impulsado un cambio significativo en la fisonomía de nuestras ciudades, en las que una enorme mayoría de jóvenes ha decidido permanecer en la provincia para continuar su formación. La Universidad también ha permitido, tanto al Estado como a las distintas organizaciones de nuestra región disponer de un capital de conocimiento importante, permitiéndoles tomar decisiones en función del bien común y el desarrollo social, cultural y económico. A un poco más de una década de vida, son hoy visibles los aportes que hacemos a la equidad, la diversidad, al crecimiento cultural, la investigación y la innovación, la integración, al desarrollo de una visión especializada e independiente y al sentido de ciudadanía y de servicio al país.
Al celebrar un nuevo aniversario, tenemos mucho que agradecer a nuestras y nuestros académicos, a nuestras y nuestros investigadores; al estudiantado, a las y los nodocentes, y a nuestro equipo de funcionarias y funcionarios. Son ellas y ellos quienes hacen que la Universidad Nacional de Río Negro, cualesquiera sean los indicadores de productividad académica que se utilicen, siga teniendo en sus aulas a estudiantes universitarios talentosos, independientemente de su condición socio económica y de su modo de pensar; a los mejores y más productivos académicos y académicas del país, quienes desarrollan sus capacidades en ambientes de plena libertad intelectual; y a funcionarios y funcionarias que con profesionalismo, lealtad y compromiso contribuyen a que esos logros sean posibles.
Este nuevo aniversario encuentra a la Universidad de Nacional de Río Negro con una institucionalidad madura y asentada; con una oferta académica amplia y variada, acorde a las necesidades de crecimiento personal y colectivo; con un plantel docente y de investigadores de una altísima calidad que se destacan a nivel nacional e internacional; con una gran inversión realizada y con nuevos proyectos de infraestructura que permiten consolidar la ciudadanía universitaria; con un sistema significativo de protección y apoyo a los estudiantes socio-económicamente vulnerables; con la participación de numerosos proyectos de transferencia tecnológica en distintas organizaciones de la región y con una activa participación en la definición e implementación de las políticas nacionales y provinciales, entre otros indicadores.
El compromiso por preservar y profundizar los principios y valores que deben inspirar a la educación pública asumido por la Universidad Nacional de Río Negro en aquellas fechas fundacionales sigue siendo el mismo: el cultivo incondicional del saber, la búsqueda y la innnovación, la libre expresión, el pluralismo y la no discriminación, el fomento de la ciudadanía y de la democracia. Nuestro compromiso fundamental sigue siendo conciliar la calidad con la equidad, porque entendemos que en una institución pública ambas son condiciones y características indisociables.
Hoy, a poco más de una década de funcionamiento y culminando un año extremadamente difícil –al que sin embargo, hemos logrado adaptarnos con rapidez y eficiencia-, la Universidad Nacional de Río Negro puede dar cuenta de ser una comunidad sólida, un espacio de relaciones donde el quehacer de cada uno de nosotros cobra sentido en su interacción con los demás.
Las y los felicito por todo ello y les deseo unas Felices Fiestas.
Juan Carlos Del Bello
Rector